Sentir que la poesía te aprieta el corazón y todo se vuelve un pañuelo empapado de lágrimas que brotan a borbotones en una soledad fría que nunca termina.
Escribir versos que lloran...
Que lloran por mi...
Que no se me cae una lágrima
por no tener por quien llorar.
La ausencia lo arrasó todo.
La lejanía me rompió el corazón...ahora envuelto en ese pañuelo empapado de lágrimas...
Águeda Dabor
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